Era Llebot un compañero del Instituto Jaime Balmes donde cursaba los primeros cursos de bachiller , con gafas , piel muy blanca , los brazos siempre pegados al cuerpo , solo se expresaba con las manos , terriblemente educado y muy amable . Debíamos tener los doce , trece , años y era frecuente verlo en el patio del colegio llorando amargamente porque los abusones de turno no paraban de pegarle . Ante tamaña injusticia me instituí en su defensor , yo , a pesar de ser poca cosa , era el jefe de curso , lo que me imbuía de cierta autoridad .
Luego resultó que éramos vecinos de calle , residía en la única casa unifamiliar con jardín trasero que quedaba , una casa aprisionada entre edificios de pisos . Nos hicimos amigos y me invitaba a menudo , su casa era oscura pero bien amueblada , piano , biblioteca , buenos sillones y lo mejor de todo , una habitación con todos los libros de Tintín en catalán editados por editorial juventud , era un fanático de Mary Poppins y no paraba de explicarme la película que yo no había visto , su familia era asidua al Gran Teatro del Liceo y me contaba las maravillas del gran teatro , del cual yo ni sabía su existencia . Con los años nos perdimos de vista , breves encuentros por el barrio , cada uno por su camino . A finales de los ochenta me lo encontré un día y con una gran alegría me comunicó que compartíamos amistad con Joan Matabosch , pues él era el crítico musical en ABC Catalunya además de director artístico del Liceo , yo publicaba por aquel entonces mis tiras también en ABC , nos alegramos de vernos , nos dimos un gran abrazo y nos despedimos .
Ya en los noventa , en un viaje a Barcelona mi madre me dio la noticia de la muerte de Llebot , estaba enfermo del Sida .
Si , su casa parecía abandonada , con todas las persianas bajadas , olvidada entre el resto . Por lo visto , no paraban de llamar a la puerta agentes inmobiliarios , ansiosos de comerse el último trozo del pastel , pero siempre , ante la insistencia de aquellos depredadores acababa por oírse una voz tras la puerta que contestaba :…” ¡ Váyanse , no está en venta ¡ “ .