Por lo visto cierra un colmado histórico de Barcelona , el que estaba en la esquina de la calle Aragón y Rambla de Catalunya , por el tema de la nueva ley de arrendamientos urbanos , unos dicen que no pasa nada y que además eran gente muy antipática , otros han comenzado recogida de firmas para que el alcalde proteja los comercios históricos de la ciudad .
Hace años se tenía que haber planteado una protección de locales identitarios en las grandes ciudades , que son las más afectadas por los movimientos especulativos . Que yo recuerde , me afectó la desaparición de El oro del Rin , un café con nombre de ópera de Wagner y que se encontraba en Rambla de Catalunya con Gran Vía de les Corts Catalanes , la razón era porque había sido un local al que asistía en la infancia con mis padres y los camareros me regalaban azucarillos .
La pérdida del paisaje de la infancia es sin duda dolorosa , casi insoportable en la juventud y asimilada con resignación a medida que pasan los años . Quizás todo se reduzca a eso , al dolor que significa aceptar el paso del tiempo y no saber como acabará la obra .
Pero además de la dificultad de aceptar la desaparición del paisaje también está la dificultad de aceptar lo nuevo , en Barcelona el más flagrante a mi entender ha sido la continuación de las obras de la Catedral de la Sagrada Familia .
El sol de la tarde da en las piedras de la fachada del nacimiento , unas piedras que provenían de la cantera de la montaña de Montjuic , viéndolas me transporto en el tiempo , a otras tardes , a otro tiempo , esta sensación dura muy poco , al mover la vista me topo con todo lo nuevo , un gigantesco mausoleo construido para honor y gloria del materialismo , la fachada que da a occidente , donde el sol muere .
Desde la mañana a la tarde es un desfile interminable de autobuses de turistas desubicados , la mole evoluciona en un espacio vital reducido , para tamaña obra habría que haber demolido no menos de nueve manzanas , esto me recuerda la anécdota que cuenta Josep Plá , en “Un senyor de Barcelona” , por lo visto cuando se planificó la construcción de la Gran Vía , algunos la consideraron excesivamente generosa en cuanto a amplitud y se propuso construir edificios en el centro , donde íbamos a parar .
Durante años la Sagrada Familia estuvo rodeada por una tapia , dentro de la cual lo construido parecía el reducto y las ruinas de una fe antigua , los restos después del paso de Nietzsche , la revolución rusa , la guerra española y dos guerras mundiales . Hasta las misas se celebraban en la cripta , en el subsuelo de la obra donde está enterrado Gaudí , unas misas cargadas de intimidad por lo especial del lugar la oscuridad y silencio .
Reconozco que todo lo construido y el como se ha construido me agrede y me hace sentir extraño , serán cosas de la edad .
Hace años se tenía que haber planteado una protección de locales identitarios en las grandes ciudades , que son las más afectadas por los movimientos especulativos . Que yo recuerde , me afectó la desaparición de El oro del Rin , un café con nombre de ópera de Wagner y que se encontraba en Rambla de Catalunya con Gran Vía de les Corts Catalanes , la razón era porque había sido un local al que asistía en la infancia con mis padres y los camareros me regalaban azucarillos .
La pérdida del paisaje de la infancia es sin duda dolorosa , casi insoportable en la juventud y asimilada con resignación a medida que pasan los años . Quizás todo se reduzca a eso , al dolor que significa aceptar el paso del tiempo y no saber como acabará la obra .
Pero además de la dificultad de aceptar la desaparición del paisaje también está la dificultad de aceptar lo nuevo , en Barcelona el más flagrante a mi entender ha sido la continuación de las obras de la Catedral de la Sagrada Familia .
El sol de la tarde da en las piedras de la fachada del nacimiento , unas piedras que provenían de la cantera de la montaña de Montjuic , viéndolas me transporto en el tiempo , a otras tardes , a otro tiempo , esta sensación dura muy poco , al mover la vista me topo con todo lo nuevo , un gigantesco mausoleo construido para honor y gloria del materialismo , la fachada que da a occidente , donde el sol muere .
Desde la mañana a la tarde es un desfile interminable de autobuses de turistas desubicados , la mole evoluciona en un espacio vital reducido , para tamaña obra habría que haber demolido no menos de nueve manzanas , esto me recuerda la anécdota que cuenta Josep Plá , en “Un senyor de Barcelona” , por lo visto cuando se planificó la construcción de la Gran Vía , algunos la consideraron excesivamente generosa en cuanto a amplitud y se propuso construir edificios en el centro , donde íbamos a parar .
Durante años la Sagrada Familia estuvo rodeada por una tapia , dentro de la cual lo construido parecía el reducto y las ruinas de una fe antigua , los restos después del paso de Nietzsche , la revolución rusa , la guerra española y dos guerras mundiales . Hasta las misas se celebraban en la cripta , en el subsuelo de la obra donde está enterrado Gaudí , unas misas cargadas de intimidad por lo especial del lugar la oscuridad y silencio .
Reconozco que todo lo construido y el como se ha construido me agrede y me hace sentir extraño , serán cosas de la edad .